jueves, 29 de marzo de 2007

CUERVOS Y ZURDOS DE LA MANO

Cuervos y zurdos de la mano

La mayoría de los animales prefieren utilizar un lado del cuerpo más que el otro. Son preferencias individuales que sólo en los seres humanos se han convertido en una preferencia de especie. ¡Bueno, en los humanos y en los cuervos de Nueva Caledonia, que también muestran una predilección por el uso preponderante de su lado derecho! Esta lateralidad funcional, relacionada con la dominancia hemisférica cerebral, abre nuevas vías para comprender el mundo de los zurdos, la especialización hemisférica cerebral y el origen y funcionamiento de algunas actividades mentales superiores, como la memoria o el lenguaje humano.


El cuervo de Nueva Caledonia es un pájaro con fama de listo. Desde hace más de una década se le ha visto servirse de ramitas y de hojas para extraer insectos y larvas de las grietas de los troncos. En el último par de años se sospechaba que tan astuto animal era capaz incluso de fabricar tales herramientas para ese propósito concreto.

El tema es serio. Una cosa es aprovechar materiales encontrados por ahí para utilizarlos en una acción precisa (estrategia que ponen en práctica muchos animales) y otra muy distinta es construir expresamente utensilios para beneficiarse de su uso. Si se podía comprobar que esto era así, no habría duda de que el pájaro neocaledoniano vería incrementar algunos puntos su ya alto cociente de inteligencia.

Pues bien, tres psicólogos animales de la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda, comandados por Gavin Hunt , que lleva ya quince años estudiando la conducta de los córvidos, publicaban un interesante estudio el pasado mes de diciembre ("Nature"; 13 de diciembre de 2001). En él no sólo confirmaban la naturaleza constructiva de herramientas aguzadas por parte del cuervo de Nueva Caledonia sino también el hecho sorprendente de que este animal exhibe una marcada lateralidad en la realización de tales utensilios. Para los autores de este trabajo, se trata de "la primera demostración de lateralidad en habilidades manipuladoras que muestra una especie, además del ser humano".

¿Cómo ha sido posible detectar en el cuervo de Nueva Caledonia ("Corvus moneduloides") el predominio de una mitad del cuerpo sobre la otra durante la realización de utensilios? Pues observando atentamente cómo el ave realiza tan provechosa tarea. El cuervo "talla" sus herramientas utilizando como materia prima las hojas del pándano ("Pandanus utilis" u otras especies de este mismo género). Este árbol presenta puñados apretados de hojas largas y estrechas, glaucas y recias, con espinas en los márgenes y en el nervio central del envés. El pájaro recorta con el pico un pedazo puntiagudo de hoja de unos 18,5 cm de largo y algo menos de 1 cm de ancho. En su trabajo sigue una secuencia precisa de acciones, ya que empieza siempre por el extremo aguzado de la herramienta, y en la mayoría de las ocasiones, a partir del margen izquierdo de la hoja, que recorta con el lado derecho del pico, guiándose con el ojo derecho. Se ha comprobado que la hoja se corta longitudinalmente con igual facilidad partiendo del margen izquierdo o derecho, y "no hemos podido observar razón alguna que explique esta preferencia por trabajar de izquierda a derecha", asegura Hunt después efectuar con su equipo más de 3.700 inspecciones en diecinueve puntos de observación repartidos por toda Grande Terre, la mayor de las islas de Nueva Caledonia . En cualquier caso, las herramientas fabricadas por los cuervos eran muy parecidas entre sí y sus características no estaban determinadas por el material utilizado sino que implicaban un "programa neural" establecido. Por eso, "la lateralidad en los cuervos puede reflejar la complejidad de la realización secuencial de herramientas y una especialización del sistema ojo derecho-hemisferio izquierdo en la ejecución de acciones secuenciales no espaciales", condensan los investigadores.


Loros zurdos, ballenas diestras y bebés chimpancés

Son muchos los animales con una mitad del cuerpo predominante sobre la otra. En las aves, por ejemplo, muchos loros y cacatúas usan preferentemente la pata izquierda para sostener el alimento o para llevárselo a la boca. En cambio, las ballenas jorobadas tienen preferencia por su lado derecho, y así lo manifiestan cuando capturan a sus presas o cuando dan coletazos sobre la superficie del agua. Perros, gatos y caballos también muestran una preferencia por uno u otro lado del cuerpo.

Con los chimpancés se observa una circunstancia curiosa, ya que aproximadamente la mitad de la población presenta preferencia por una mano u otra en su medio natural, mientras que en cautividad la mayoría de los individuos se decanta por la mano derecha. Para la antropóloga biológica Martha Holder, de la Universidad de Indiana en Bloomington, "la reclusión de animales en condiciones ambientales y sociales artificiales favorece los cambios conductuales". Esta científica ha estudiado el uso de la mano predominante en el desempeño de distintas tareas manipulativas en grupos de gorilas de la montaña y chimpancés, así como en monos colobo rojo, monos de cola roja y monos mangabey de mejilla gris. Entre sus conclusiones se afirma que si bien la mayoría de individuos prefiere a menudo el uso de una u otra mano en la realización de tareas operativas, "no he encontrado pruebas convincentes de preferencia o dominancia de una mano a nivel de especie, como se advierte en los humanos".

Con ánimo de aportar otros datos sobre el predominio de una u otra mano, más allá de los condicionantes de carácter ambiental, los primatólogos Bill Hopkins y Jeremy Dahl, del Yerkes Regional Primate Research Center, , en Atlanta, consideran que entre los chimpancés, los factores genéticos (aún indeterminados) y el orden de nacimiento tienen una gran influencia en la establecimiento de la mano que prefieren utilizar en la ejecución de determinadas tareas. En un estudio ("Psychological Science"; julio de 2001), estos investigadores examinaron a 134 parejas madre-bebé chimpancé, que distribuyeron en dos grupos según el orden de nacimiento del bebé. Así pudieron comprobar que los bebés primogénitos o tardíos presentan muchas más probabilidades de ser zurdos que los bebés intermedios, debido a "ciertos factores biológicos muy potentes involucrados en la configuración de la organización cerebral, que de alguna manera ocasiona la zurdera o predominio de la mano izquierda", manifiestan los investigadores, que sostienen que entre los chimpancés los diestros doblan en número a los zurdos (en el ser humano esta proporción se sitúa en torno al 10%, como se comenta más adelante). Estos investigadores esperan ahora iniciar estudios hormonales en chimpancés embarazadas y realizar análisis genéticos amplios, ya que sospechan que la predominancia de una u otra mano posee una fuerte base genética.


Genes huidizos y ecografías bajo sospecha

También en humanos es mucho más frecuente que un niño sea zurdo si uno o ambos de sus progenitores lo son. Se estima que el 46% de la descendencia de una pareja zurda también preferirá el uso de la izquierda, mientras que sólo el 4% de la descendencia de una pareja diestra presentará un predominio de uso de la izquierda. Las madres zurdas tienen más descendencia zurda que los padres zurdos; así, el 64% de niños con madres zurdas y el 17% de niños de padres zurdos prefieren el uso de la mano izquierda, según un estudio de Michael Harkins ("Developmental Psychobiology"; setiembre de 1988).

Porcentualmente, hay más hombres zurdos que mujeres y en los países anglosajones hay más zurdos que en los países mediterráneos (tradicionalmente más restrictivos con la zurdera). Aunque se determina que el 10% de la población es zurda (otros elevan este porcentaje hasta el 15%), se dice que sólo el 65% de la población son diestros verdaderos, dado que son bastante frecuentes los casos de lateralidad cruzada, manifestada con el predomino mano derecha-pie izquierdo o viceversa.

Muchos de estos datos hacen pensar que la zurdera sea una mera cuestión de genes. En 1996, el genetista Amar Klar sugirió que un único gen hacía que una persona fuera diestra. Klar aseguraba que el 80% de la población expresaba este gen y los que no lo hacían tenían las mismas posibilidades de ser diestros o zurdos. Por el momento este gen huidizo no ha sido aún identificado, aunque muchos expertos no creen que el predominio de una mano sobre la otra sea una cuestión "tan simple".

En otras ocasiones, además de los genes, las investigaciones para desentrañar las causas de la zurdera se han centrado en la edad de la madre (las madres de entre 30 y 35 años tienen un 25% más de probabilidades de tener descendencia zurda), las condiciones ambientales uterinas durante el embarazo (altos niveles de testosterona favorecerían la preferencia de la mano izquierda en el niño) o de las circunstancias perinatales (nacimiento pretérmino o un bajo peso al nacer), que se creían que incitaban la preeminencia de una mano sobre la otra. En muchos casos, a pesar de la aparente ingeniosidad de algunas hipótesis, no existen pruebas convincentes que permitan realizar una afirmación contundente.

No obstante, en estos últimos tiempos, se habla insistentemente de la posible influencia de las pruebas ultrasónicas (ecografías) como causa determinante de la zurdera. En un estudio reciente ("Epidemiology"; noviembre de 2001), Helle Kieler , del Instituto Karolinska, en Suecia, ha establecido que las mujeres embarazadas que se someten a dos pruebas ultrasónicas (después de las 17 y de las 37 semanas), tienen el 32% más de probabilidades de tener varones zurdos que las embarazadas que no se efectúan tales pruebas. Parece ser que las técnicas ultrasónicas "alteran de alguna manera el desarrollo normal del cerebro" masculino, "posiblemente -apunta Kieler- debido al fenómeno de la cavitación , que afectaría la migración neuronal en los primeros estadios del desarrollo". Tan contundente aseveración no es compartida por los expertos, que no aceptan que los ultrasonidos pueden alterar tan selectivamente el cerebro humano.

Este estudio sueco es metodológicamente correcto, pero quizá no ha tenido en cuenta posibles influencias ambientales postnatales o ha pasado por alto otras condiciones de la madre gestante. Y lo que a todas luces parece es considerar la zurdera como un marcador del desarrollo anormal del cerebro masculino, ya que la realidad invalida por completo una suposición tan vacua. Kieler ha recordado que en un estudio suyo anterior no se observó que los ultrasonidos afectaran el predominio de una u otra mano en niñas, cuyo desarrollo cerebral es más rápido.

Pero de todo es posible sacar alguna enseñanza. Estudios de esta índole, por controvertidos que sean, quizás sirvan para alertar sobre la remota "nocividad" de unas "técnicas inocuas" para casi todos. Así, como medida de precaución, algunos expertos sugieren que deberían evitarse las ecografías rutinarias o realizadas como meros recuerdos, ya que esta prueba diagnóstica debe efectuarse siempre bajo un estricto criterio médico con los fines exclusivos de determinar el estado general de salud del feto y la buena marcha del embarazo.


El milagro de la vida y la lateralidad

Genes inexpresados, baños fetales de testosterona e incluso ecografías trastocadoras... Todo parece indicar que los zurdos viven de milagro, inmersos en un turbio pasado y aquejados por todo tipo de desgracias. Si bien las cosas han cambiado mucho en las últimas décadas, a los zurdos aún se les imputan desde trastornos de aprendizaje, bajo rendimiento académico y dificultades con la lectura y el cálculo hasta un mayor índice de enfermedades respiratorias, gastrointestinales e inmunológicas, sin olvidar una mayor torpeza manual, la desorientación espacial y un riesgo triplicado de convertirse en alcohólicos, entre otras lindezas. Sin embargo, la mayoría de estos "trastornos" son más infundados que reales y nunca se han podido demostrar en estudios epidemiológicos serios.

Otra cosa son los zurdos contrariados (zurdos obligados a actuar y a comportarse como diestros), en quienes se puede observar algunas vacilaciones en el desarrollo psicomotor y ciertos problemas de adaptación, compartidos en ocasiones con personas ambidiestras o con aquellas que presentan una lateralidad mal definida. Así, pues, ni enfermedad ni trastorno ni dolencia ni tan siquiera un mal hábito que haya que remediar, la zurdera es "simplemente" la consecuencia de una determinada dominancia cerebral.

El ser humano nace con una organización cerebral establecida y pretender cambiar el predominio de una mano sobre la otra sólo acaba aportando confusión e inseguridad. El niño debe desarrollar su lateralidad espontáneamente. Hacia los 3 años ya muestra una mano preferente, aunque suela probar ambas manos en numerosas ocasiones. A tan corta edad, la mayoría de los niños son ambidiestros. Hacia los 4 años se establece la preferencia de una mitad del cuerpo sobre la otra. Y hacia los 7 años, esta lateralidad se aposenta y el niño opta por una mano para escribir, un ojo y un oído prioritarios y una pierna y un pie para jugar al fútbol. En numerosos casos, inicialmente, se observa una lateralidad cruzada, y un niño diestro puede darle al balón con la pierna izquierda o una niña zurda puede ser diestra de ojo o de oído.


Cerebro, hemisferios y dominios cerebrales

El cerebro humano que es un órgano doble, formado por dos hemisferios que mantienen un diálogo constante y realizan un trabajo conjunto. La comunicación interhemisférica se efectúa básicamente a través del cuerpo calloso, un haz de unos 200 millones de fibras tendido entre ambos hemisferios.

Aunque son aparentemente similares, ambos hemisferios funcionan de forma distinta. Normalmente, un hemisferio domina sobre el otro. En los diestros, el hemisferio dominante es el izquierdo, que rige los movimientos del lado derecho del cuerpo, mientras que los zurdos se ven dominados por su hemisferio derecho, que rige el lado izquierdo del cuerpo.

Cada hemisferio presenta unas especializaciones funcionales concretas, ya que algunos de los mecanismos neurales conocidos se encuentran situados primordialmente en uno de los dos hemisferios. Así, el hemisferio izquierdo ejecuta preferentemente las funciones lógicas o matemáticas, el lenguaje o la escritura; mientras que el hemisferio derecho comanda predominantemente las funciones emocionales y creativas. Es debido a esta especialización funcional hemisférica por la que los zurdos son considerados más sensibles e imaginativos, aunque también más torpes y menos locuaces que los diestros. Como contrapartida, se atribuye a los zurdos un cuerpo calloso más consistente, grueso y fibroso, gracias la cual la comunicación entre ambos hemisferios cerebrales se realizaría con mayor precisión y celeridad.

Pero no es imprescindible ser zurdo para poseer una buena interconexión hemisférica y un cuerpo calloso como dios manda. Es preciso, eso sí, tener parientes que sí lo sean. En personas zurdas o en diestros emparentados próximamente con zurdos (padre o hermano), al ser mayor el cuerpo calloso, los hemisferios interaccionan más activamente, según se desprende de un estudio ("Neuropsychology"; octubre de 2001) de Stephen Christman y Ruth Proppper, de la Universidad de Toledo, en Ohio. Estos investigadores determinaron que una robusta interconexión cerebral otorgaba una mejor memoria episódica (recuerdo de experiencias junto con sus relaciones espacio-temporales) que los diestros sin parientes zurdos, aunque una peor memoria semántica (recuerdo del significado de las palabras o de datos descontextualizados). Se sospecha que la información tiende a almacenarse en el hemisferio izquierdo, mientras que el contexto espacio-temporal lo hace en el derecho, por lo que una conexión interhemisférica eficaz ofrecería una mayor capacidad para evocar los recuerdos en su contexto temporal y espacial. Por su parte, la memoria semántica parece contentarse con un solo hemisferio para su funcionamiento, por lo que una buena interconexión no tendría tanta relevancia.


Zurdos con lenguaje bilateral

La relación entre el uso preferente de una mano y la lateralización de funciones cerebrales es un tema apasionante que viene de antiguo, concretamente de mediados del siglo XIX, momento en que el neurocirujano francés Paul Broca identificara una zona en la tercera circunvolución frontal del hemisferio izquierdo, a la que atribuyó la "residencia" del lenguaje articulado, zona que fue llamada posteriormente área de Broca. Este científico también fue uno de los primeros en relacionar la lateralización del lenguaje con el uso preferente de una mano y tuvo la genialidad de precisar, a diferencia de otros científicos más burdos, la relación entre el uso de una mano particular y la lateralización del lenguaje con el desarrollo precoz del hemisferio izquierdo.

Estudios muy posteriores han señalado que la gran mayoría de las personas diestras muestran una lateralización izquierda del lenguaje. Sorprendentemente, en los zurdos acontece casi exactamente lo mismo, ya que gran parte de las personas zurdas o ambidiestras presentan una lateralización izquierda del lenguaje, si bien un porcentaje notorio de zurdos posee una lateralización derecha o una lateralización indistinta del lenguaje. Con todo, quizás para complicar aún más las cosas, algunas funciones del lenguaje, como su contenido emocional, activan áreas especializadas del hemisferio derecho en personas con el área del lenguaje propiamente en el hemisferio izquierdo.

Por lo visto, en neurociencia, las relaciones claras y directas no se prodigan en exceso y las cosas son siempre algo más complejas de lo que se había temido en un principio. Por este motivo, cualquier ayuda, por extraña que pueda parecer, es bienvenida. Incluso si procede de una especie aparentemente tan alejada del ser humano como es el cuervo de Nueva Caledonia...

Así, se ha propuesto que la preferencia por la mano derecha del ser humano puede ser una consecuencia de la evolución del lenguaje, cuya área se encuentra predominantemente -como acabamos de ver- en el hemisferio izquierdo del cerebro. Sin embargo, los "inocentes" trabajos de Gavin Hunt y sus colaboradores con los cuervos neocaledonianos se decantan por la posibilidad de que la lateralización mostrada por una especie sea más bien una adaptación para la programación neural eficiente de un procesamiento secuencial complejo, del que tanto el lenguaje y la preferencia de la mano derecha en los seres humanos como la realización de herramientas en los córvidos parecen constituir ejemplos equivalentes.
BY LLUIS COGOTA

lunes, 26 de marzo de 2007

LLOVER

Me gusta ver llover. La ropa olvidada de ayer que se moja, las gotas de agua resbalando por los tendederos. La lluvia suave, la violenta lluvia, produce en mi una especie de nostalgia que me retrae a tiempos vividos en instantes marcados a fuego. El sueño leve, dulce que dormita en mí, me vuelve una y otra vez. La lluvia es música para mis sentidos tan anestesiados por el ruín día a día.
No tengo tiempo nunca, mi lluvia, que no es mía, se me escapa entre los dedos como mi tiempo no aprovechado. Cuatro horas que llueve ya. Cuatro horas depositadas en el cajón del olvido.
Me gusta ver llover.

by Danielón.

REVOLUCION INDUSTRIAL

REVOLUCION INDUSTRIAL

Erase que se era, una pequeña ciudad en la que el hijo del mejor artesano pasaba el día pensando en vez de practicar con las manos.

El artesano le decía que podía pensar mientras tejía alpargatas pero el muchacho se quedaba mirando por la ventana con el labio colgando.

Tenía un plan.

El padre se hizo viejo y murió sufriendo porque su hijo arruinaría el taller.

El muchacho montó una fábrica y empleó a muchachos del lugar. Colgó un retrato de su padre y se convirtió en el mayor productor de la zona.

Se convirtió en el Dueño de la Fábrica. Por las mañanas paseaba por las máquinas y le acompañaba un obrero de confianza con una botella de aceite.

Cuando una máquina chirriaba, se paraba, la observaba detenidamente y le indicaba al obrero donde debía soltar la gota de aceite.

Saludaba a los operarios de cada máquina al pasar, y les preguntaba que tal.

Los operarios decían:

- Muy bien, señor, ayer clavé mil puntillas.

Entonces el Dueño de la Fábrica respondía:

- Estupendo, mañana mil una.

Y les daba una palmadita en la espalda.

Con el tiempo, los operarios se convirtieron en los mejores clavadores de puntillas del mundo, y el Dueño de la Fábrica todos los días les pedía una más.

Pero un día se encontró con un operario que tenía mala cara, y le preguntó por su salud:

- Yo estoy bien, señor, pero mi mujer está enferma, y estoy preocupado.

El Dueño de la Fábrica le metió unas monedas en el bolsillo y dijo bien alto:

- No te preocupes, todo va a ir bien, somos una gran familia.

El operario volvió al trabajo con redobladas energías, al igual que sus compañeros, y esto llenó de satisfacción al Dueño de la Fábrica.

Al día siguiente, el Dueño de la Fábrica hacía la ronda habitual y cuando preguntó al primer operario, este le contestó.

- Mal señor, ayer me di un golpe en la rodilla.

- Regular, no veo bien desde hace unos días – dijo otro –

- Fatal, los compañeros no me hablan. – dijo el siguiente –

El dueño de la fábrica se encerró en el despacho y se preguntó porque de repente todos tenían problemas. Pero no pudo pensar más porque los lamentos de los operarios empezaron a hacerse más fuertes y el cuadro de su padre se iba a descolgar del clavo.

Cuando salía, para buscar un sitio tranquilo y poder pensar, un operario le gritó que la máquina chirriaba y no pudo evitar pararse para localizar el engranaje. Pero entonces los obreros le gritaban: ¿Qué pasa con lo mio? ¡Yo tengo mañana una boda! ¡A mi me han salido sabañones! ¿Y yo que?

El dueño de la fábrica se subió a una banqueta y gritó:

- ¡Se acabo!, todo el mundo a trabajar. Solucionaremos los problemas uno a uno. Al que se queje en horas de trabajo lo despido.

Y volvió a despacho. En silencio ya, pensó que mejor sería no preguntar más a los operarios que ya tenían un nivel de rendimiento más que aceptable.

El dueño de la fábrica puso un buzón para que los empleados se quejaran por escrito y dejó de pasear por la fábrica.

Con el tiempo, las reclamaciones de los operarios se iban unificando. Ya sólo se quejaban de los chirridos ensordecedores de los engranajes que nunca se engrasaban.

Los operarios ya no miraban al jefe a la cara. Cuchicheaban entre si y se juntaban en la hora del bocadillo para quejarse entre ellos y decir cosas malas.

Un día, en el buzón de reclamaciones, el Dueño de la Fabrica encontró una nota confeccionada con recortes de titular de periódico que decía:

ESTO SE VA A ACABAR, EXPLOTADOR.

Y tuvo el tiempo justo para salir de la fábrica, porque todo estaba ardiendo.

El Dueño de la Fábrica y los operarios vieron como se consumía el lugar donde tanto tiempo habían trabajado y todos, unos más otros menos, soltaron alguna lagrimita.

Y es por eso, que desde entonces, los dueños de las fábricas van en coches con los cristales tintados y las máquinas tienen depósitos de aceite que hay que rellenar de mucho en mucho.

Y colorín colorado…



By Bernar, read by Danielon

domingo, 25 de marzo de 2007

LIMONADA

Necesitas:

Dos limones, dos litros de agua, un poco de azúcar, una hoja de periódico.

Coges dos limones del árbol del camino. Si los coges de las ramas que caen a este lado no es robar.

También puedes caminar hasta la frutería y comprarlos. Si hablas con el frutero te dirá que son buenísimos.

Pones la radio, algo que te guste, y te dispones a exprimir los limones. Los cortas por la mitad y aprietas. Si oyes a los limones gemir es que no tienes la radio lo bastante alta. Pero no te detengas, aprieta, no es momento de sensiblerías.

Entonces mezclas el jugo y el agua. Se puede colar el resultado.

Cuando estés con el embudo, la botella y el colador, el niño te dirá que la perrita le muerde los pantalones. Detenlo todo un minuto. Enrolla la hoja de periódico y dásela para que se defienda.

Cuando todo esté en la botella, añade el azúcar. No agites. Deja que el azúcar se pose en el fondo del recipiente y se acomode.

¿Ya? Ahora cierra la botella y dale la vuelta. Ahora si, agítala suavemente hasta que el azúcar desaparezca.

Deja la botella sobre la mesa unos minutos para asegurarte de que el azúcar se ha disuelto y no vuelve a juntarse en el fondo. Tienes tiempo para comprobar que el niño no persigue cruelmente a la perrita con la hoja de periódico.

El primer vaso es para ti. Si está muy dulce o muy ácido no añadas nada. La próxima vez será.

Consérvese en lugar fresco.



by Bernar

viernes, 23 de marzo de 2007

algo brilla en la oscuridad

Algo brilla en la oscuridad

Es noche cerrada y la calma reina sobre la oscura bahía; una barca suelta amarras, se desliza lentamente y va dejando una estela luminosa tras de sí. Cuando el barquero agita los remos, de la superficie saltan chispas azules y verdes. Comienza a llover y cada gota enciende nuevas y minúsculas luces sobre la lámina de agua, que a los pocos segundos resplandece iluminado la escena con miles de brillos refulgentes...


Estos "efectos especiales" se producen de manera natural en algunos, escasos, puntos del globo, como en la Bahía de Puerto Mosquito, en Puerto Rico, convertida en atracción para curiosos y en objeto de estudio para científicos. Tan grandioso espectáculo es posible gracias a la propiedad de emitir luz que poseen ciertos microorganismos que pueblan sus aguas. La propiedad es conocida en el reino animal como bioluminiscencia y, en este caso concreto, los productores de la misma son unos protozoos de la familia de los dinoglafelados (Pyrodinium bahamense) que reaccionan de esa manera, "encendiéndose", al ser mínimamente agitados. El hábitat especial y cálido que conforma la Bahía, a resguardo de corrientes y mareas, libre de contaminación y de predadores y con gran cantidad de nutrientes, permite a estos organismos formar altas concentraciones y hacerse así claramente visibles en la oscuridad y ante cualquier movimiento de las aguas.

Aún siendo ésta una de las manifestaciones más llamativas de la bioluminiscencia, el fenómeno no es propiedad exclusiva de los organismos unicelulares, sino que se da en otros muchos seres vivientes: bacterias, algas, hongos, insectos, peces, medusas , cangrejos, corales, moluscos e incluso algunos tiburones. Aunque los ecosistemas marinos, donde la luz escasea y les permite brillar en todo su esplendor, son la residencia preferida de estas criaturas, también se encuentran seres capaces de emitir luz en otros hábitats. Es el caso de las familiares luciérnagas, los nematodos - de los que existen hasta 33 especies de lombrices bioluminiscentes-, las moscas, algunos ciempiés, un tipo de caracol de Malasia e incluso ciertos hongos, como la Armillaria mellea, que lucen intensamente con el fin de atraer insectos que ayuden a la dispersión de sus esporas.


Una cuestión de pura química

A pesar de ser un fenómeno conocido desde antiguo, el estudio de la bioluminiscencia está aún en su infancia. Ya en 1500 a.C., en escritos chinos, aparecen las primeras referencias sobre luciérnagas y gusanos. El propio Colón también informó en sus cuadernos de bitácora de extraños avistamientos de luces en los mares tropicales y fue el mismo Faraday quien observó y comenzó a estudiar la luminiscencia continua de los cocuyos después de la muerte del animal.

Hoy se sabe que la bioluminiscencia es una forma de quimioluminiscencia, es decir, la generación de luz por una reacción química. Esta luz suele ser verdosa y "fría" porque no va acompañada de radiaciones infrarrojas ni produce calor alguno.

Para que la reacción química se produzca se necesita la concurrencia de cuatro elementos: el oxígeno, un compuesto orgánico denominado luciferina; la enzima catalizadora luciferasa, y el ATP ( Trifosfato de adenosina ), una sustancia capaz de generar la energía necesaria para que se dé la reacción.

El mecanismo es el siguiente: el oxígeno oxida la luciferina, la luciferasa acelera la reacción y el ATP proporciona la energía para que ésta se convierta en una nueva sustancia (luciferina oxidada) capaz de descomponerse para volver a su estado inicial. En este último proceso se libera el exceso de energía captado, esta vez en forma de luz. La intensidad de esta luz es muy grande y la luminosidad en una pequeña zona del animal es proporcionalmente mayor al de una lámpara fluorescente. La reacción completa se produce en menos de un milisegundo y se mantiene mientras el organismo permanezca en un estado de excitabilidad. Según las distintas especies de animales la composición química de la luciferasa y de las luciferinas varía, lo que produce colores distintos, pudiendo ir del verde al azul, que es lo más frecuente, pero también al rojo o al ámbar.

Existen más de una docena de sistemas de bioluminiscencia conocidos; así, medusas, camarones y algunos peces comparten un mismo tipo de luciferina, los mencionados dinoflagelados y el krill poseen también una luciferina común, mientras que las bacterias y las luciérnagas poseen químicas luminiscentes exclusivas.


La utilidad de la bioluminiscencia

¿Por qué y para qué utilizan ciertos seres vivos la capacidad de producir luz? ¿Cuál es la función de la bioluminiscencia? Existen distintas hipótesis al respecto, muchas de ellas aún por confirmar, pero básicamente las aplicaciones de la bioluminiscencia se pueden agrupar en: funciones de alimentación o caza, de reproducción y de defensa.

Para atraer a sus presas y obtener así su alimento, algunos peces y algunos insectos utilizan su capacidad bioluminiscente como señuelo, mientras otros la usan como linternas que iluminan a su víctima potencial y al deslumbrarla anulan sus defensas. También para escapar de los depredadores la propia luz resulta de suma utilidad para ciertos peces, calamares y camarones, al usarla como trampa para confundir al atacante en horas diurnas, camuflándose con el brillo solar y difuminando así su propia sombra.

Por último, en su función de comunicación sexual, el ejemplo más conocido es el de las propias luciérnagas, que intercambian destellos entre machos y hembras con el fin de facilitar el acercamiento y evitar la confusión entre las distintas especies, pues emiten sus luces en longitudes de onda y frecuencias diferentes según corresponda. Existe también una clase de luciérnagas que vive en Asia tropical, cuyos machos se reúnen en grandes grupos y lanzan sus destellos de manera sincronizada, guiados por un insecto marcapasos. Estas agrupaciones iluminan árboles completos con sus ondas luminosas y componen bellísimos espectáculos. El mismo mecanismo es utilizado por algunos animales marinos, como los gusanos de la cerda (polychates), cuando los machos atraen a las hembras centelleando durante los enjambres de acoplamiento.

Los animales bioluminiscentes pueden serlo, bien porque poseen órganos especiales para ello (los fotóforos), bien porque alojan en el interior de sus tejidos una bacteria bioluminiscente. Este último es el caso de algunos calamares y peces, como los de la familia Anomalópidos, que poseen debajo de los ojos un órgano lleno de bacterias productoras de luz. En las luciérnagas, sin embargo, estos órganos especializados, los fotóforos se encuentran situados en los tres últimos segmentos abdominales y, además, llevan una especie de reflector formado por placas de cristales diminutos. La sofisticación llega al máximo en algunos organismos en los que los fotóforos son auténticas lentes biológicas, mecanismos complejos que permiten enfocar la luz y encenderla o apagarla a voluntad.

Como en muchas otras ocasiones el hombre se ha inspirado en fenómenos naturales para desarrollar tecnologías aplicadas a distintos aspectos de la vida. En el caso de la bioluminiscencia, se han desarrollado mecanismos para medir y controlar las concentraciones de ATP en medios biológicos. Observando la cantidad de luz emitida por bacterias luminiscentes es posible determinar el grado de contaminación de las aguas, ya que la propia contaminación destruye a esas bacterias. A partir de ahí, se puede calcular también el peligro de los contaminantes para otros seres vivos que habiten en dichas aguas.

En el campo de la medicina también se ha desarrollado ensayos con marcadores bioluminiscente para detectar infecciones, drogas, virus etc., en lugar de los marcadores radiactivos que se venían utilizando hasta ahora, mucho menos inofensivos. Igualmente, se han desarrollado ya los instrumentos necesarios para detectar cualquier reacción química que genere luminiscencia, como un nuevo sistema de detección para capturar una reacción quimioluminiscente con una película polaroid.

Otros avances vendrán, sin duda, de la mano de este fenómeno natural que va mucho más allá de la contemplación turística de una hermosa bahía sembrada de luz.

Elvira Fernández

MICROGRAVEDAD

Microgravedad en una cama

El organismo humano es un blandengue cuando se desconecta de la gravedad terrestre. La microgravedad del medio espacial pasa factura al organismo y a la mente humana. Pero también ofrece increíbles y nuevas oportunidades para comprender mejor la fisiología de la inactividad física, algunas enfermedades y sus posibles tratamientos, y el envejecimiento humano. El estudio de la microgravedad es un paso más hacia la colonización espacial. De momento ya se habla de permanencias largas en la Estación Espacial Internacional, del regreso a la Luna, quizás en 2010, y del viaje tripulado a Marte, previsto para mayo de 2018. ¡Hay que ir preparándose!


Se pasan el día tumbados en la cama, ociosos, sin apenas hacer nada. Puede parecer una bicoca, pero no lo es. Lo están pasando mal, muy mal. "Me siento mareado, tengo vértigo, me duelen los huesos y la espalda, pero me están atendiendo estupendamente", confiesa Frank, un voluntario. Lleva así un mes ya. Sabe que las primeras semanas son las peores. Y aún le quedan otros sesenta días.

En total son catorce voluntarios, todos europeos, hombres adultos, sanos y muy, muy motivados. Han aceptado pasar tres meses yaciendo indolentemente en una cama, sin poder sentarse ni mucho menos poner un pie en el suelo. ¡De eso ni hablar! Se han comprometido formalmente a ello ante más de 80 investigadores de disciplinas distintas, que no les quitan ojo ni de día ni de noche.

La finalidad de este estudio es examinar con detalle los cambios que atosigan el cuerpo humano durante un largo periodo de actividad física reducida, sometido además a una situación de confinamiento y de supervisión general. Con este "tormento" se pretende simular los cambios que sufriría el organismo de un astronauta tras una larga permanencia en el espacio. Esta experiencia científica presta una atención principal a la afectación de la estructura ósea y la función muscular, pero también extiende sus intereses al estudio de las funciones del sistema cardiovascular y respiratorio en inactividad, la irrigación de las extremidades inferiores y la hemodinámica en largas permanencias en cama, la regulación neuroendocrina de la producción de orina y el riesgo de formación de cálculos renales, los cambios en el ciclo sueño-vigilia, las medidas para prevenir y tratar el dolor de espalda en pacientes encamados y el comportamiento psicológico en situaciones de vigilancia y confinamiento.


Vivir tumbados

Recogiendo la experiencia de estudios previos, se decidió que la cabecera de la cama sobre la que yacen permanentemente los voluntarios esté inclinada 6 grados negativos, para que así la cabeza del voluntario esté siempre a un nivel más bajo que los pies. Esta posición es la que mejor simula los efectos de la microgravedad en el espacio. Así tumbados, comen, se lavan, leen o "van al lavabo". En el curso de los tres meses que dura la prueba, son mareados con numerosas pruebas físicas (resonancia magnética y densiometrías óseas), biopsias musculares y todo tipo de análisis de muestras biológicas.

Todos los voluntarios seleccionados son personas psicológicamente fuertes y estables, sin embargo, la restricción de movimientos unida al confinamiento representa una "carga mental", cuya interpretación y evolución es vigilada por un equipo de psicólogos prestos a intervenir psicoterapéuticamente en caso necesario.

El estudio se realiza en dos tandas de cuatro meses cada una. El primer periodo se desarrolló entre agosto y diciembre de 2001. La segunda fase ha empezado en marzo y termina en julio. La experiencia en sí misma dura tres meses, a los que hay que sumar quince días de preparación y quince días más de recuperación. Los 28 participantes han sido distribuidos en tres grupos. Un grupo "sólo cama" permanecerá sumido en el lecho sin intervención alguna y servirá de referencia o control; el segundo grupo, "cama-ejercicio", seguirá un programa de ejercicios físicos tres veces a la semana (siempre en posición horizontal) con el fin de evitar la pérdida de masa muscular; el tercer grupo, "cama-fármaco", recibirá medicación para estabilizar la pérdida de tejido óseo.

Se trata de un proyecto de investigación conjunto entre la Agencia Espacial Europea (ESA), la Agencia Espacial Francesa (CNES), y la Agencia Espacial Japonesa (NASDA). Se realiza en la Clínica Espacial de la CNES -el centro MEDES-, cerca de la ciudad francesa de Toulouse.


Los achaques del astronauta

Las largas estancias en condiciones de microgravedad afectan a la salud y al rendimiento de los astronautas. Los huesos del cuerpo humano se debilitan, los fluidos ascienden a la parte superior del cuerpo, los ritmos diarios se alteran y la persona sufre mareos, desorientación y pérdida del equilibrio, entre otros síntomas igualmente molestos. El organismo humano se adapta relativamente bien a algunos de estos inconvenientes; en cambio, otros trastornos se agravan con el tiempo.

Huesos frágiles y músculos atrofiados. La descalcificación de los huesos es uno de los problemas más serios a los que deben enfrentarse los astronautas. Por cada mes de viaje espacial, se registra una pérdida del 1-2% de la masa ósea. Se desconoce qué ocurre con permanencias superiores a un año, pero de mantenerse esa misma proporción, por ejemplo, en una misión a Marte que ocupara dos años, los astronautas perderían la cuarta parte de su masa ósea. Unos huesos resultan más afectados que otros. La mitad inferior del cuerpo es la más perjudicada. Se pierde masa ósea de las piernas, las vértebras inferiores, los huesos de la cadera y el cuello del fémur. Ante la falta de exigencia física y de rendimiento muscular, los huesos liberan calcio a destajo, se debilitan y se vuelven muy frágiles. El nivel de calcio sanguíneo sube ostentosamente. Por eso, los astronautas presentan un riesgo mayor de cálculos renales o calcificaciones en los tejidos blandos. Como dato curioso, se observa que los astronautas regresan a la Tierra algo más altos. Miden unos cuantos centímetros más de estatura debido a la expansión (descompresión) de los discos de la columna vertebral. Pero esta ganancia suele acarrear dolores de espalda. Por otro lado, los músculos se atrofian rápidamente porque el cuerpo percibe que no los necesita. Los músculos de la cadera y la columna, que contribuyen al mantenimiento de la postura y a la estabilidad, resultan innecesarios en el espacio, por lo que llegan a perder el 20% de su masa. La masa muscular puede desaparecer a una tasa del 5% semanal. Esta pérdida se intenta compensar con un par de horas diarias de bicicleta estática. Si bien el ejercicio durante el vuelo mejora la función del músculo, es insuficiente para prevenir el debilitamiento muscular.

Sangre, corazón y fluidos. El funcionamiento del sistema cardiovascular depende estrechamente de la gravedad terrestre. En la Tierra, cuando una persona se levanta, la presión sanguínea en sus pies puede ser de unos 200 mmHg; mientras que en el cerebro es de sólo 60 a 80 mmHg. En el espacio, la presión sanguínea se iguala en todo el cuerpo, con un valor uniforme de unos 100 mmHg. El incremento de presión en la cabeza dispara la alarma. El cerebro interpreta que el cuerpo dispone de demasiada sangre. Como resultado de este error de apreciación, a los dos o tres días de la misión, los astronautas han perdido hacia el 22% de su volumen sanguíneo (de 1 a 1,5 litros de sangre). Al tener menos sangre con la que trabajar, el corazón baja su ritmo de producción y se atrofia.
La uniformidad de la presión sanguínea en todo el organismo facilita también la acumulación de líquidos en el tronco y la cabeza. La expresión de los astronautas cambia y el rostro parece congestionado en el denominado "resfriado espacial".

Desorientación y mareos. La ausencia de una referencia clara sobre el peso de los objetos provoca un desfase entre la información sensorial que proporciona la realidad y el procesamiento cerebral de estas sensaciones. En estas condiciones, el razonamiento es confuso y pueden experimentarse ilusiones ópticas. Para evitar esta desorientación espacial, el interior de la nave espacial se diseña con todo cuidado. El "suelo" se pinta de color oscuro, mientras que el "techo" es de color claro. De todas maneras, en el espacio, abajo es simplemente donde están los pies. También se instalan ventanas, a través de las cuales los astronautas pasan horas y horas contemplando las estrellas.
Dos tercios de los tripulantes del transbordador espacial tienen problemas para mantenerse en pie a su regreso a la Tierra. La microgravedad afecta al sentido del equilibrio. Sin embargo, sorprendentemente, los investigadores descartan cada vez más que sea un trastorno de sistema nervioso central y se decantan más bien por una adaptación del sistema cardiovascular a las condiciones de microgravedad, según un estudio de la Universidad de Texas Southwestern, en Dallas ("The Journal of Physiology"; febrero de 2002). Así, el mareo sería una respuesta a la reducción del volumen sanguíneo circulante. El cerebro sufriría una falta de riego y aparecían el vértigo y los mareos. Sabiendo esto, algunos especialistas en medicina espacial aseguran que el mareo de los astronautas podría prevenirse o tratarse con fármacos, otros sugieren la conveniencia de administrar líquidos salinos, mientras que aún otros recomiendan seguir un programa de ejercicios encaminado a fortalecer el corazón y a aumentar la "flexibilidad" del músculo cardiaco.

Alteraciones del sueño. En la Tierra, el sueño sigue un ritmo circadiano, al compás de la salida y la puesta del Sol. Pero, en el espacio, en un módulo de la Estación Espacial Internacional, por ejemplo, en órbita alrededor de la Tierra, el día se completa en 90 minutos, por lo que se requieren 16 "días" de la Estación para cumplir un día terrestre. Con un sistema de tiempo tan comprimido no es de extrañar que los astronautas presenten muchas dificultades para dormir y alteraciones variadas del sueño.
Estos problemas se están estudiando con registros electroencefalográficos, que determinan la actividad del cerebro, y miogramas faciales, que ofrecen datos de la tensión muscular facial. También se ha estudiado la eficacia de la melatonina (hormona reguladora natural del sueño) como ayuda para conciliar el sueño en el espacio.

Sistema inmune deprimido. Los viajes espaciales debilitan el sistema inmunitario. Los astronautas presentan en su organismo diez veces más virus y bacterias de lo que es habitual en la Tierra. También son más propensos a las infecciones víricas, bacterianas y fúngicas. El espacio reducido en el que se desenvuelve la misión facilita también el contagio entre los tripulantes.
Ahora, una investigación de la NASA ha permitido comprobar que la falta de gravedad resta eficacia a la acción de un tipo de linfocitos, las células T. La ausencia de gravedad obliga a estas células T a mantener una forma redondeada. En presencia de la gravedad, estas células adaptan su forma a los microorganismos que combaten o bien adoptan la configuración que ofrezca más superficie de contacto para unirse o comunicarse con otras células defensoras. Todas estas facultades, cuando la célula es redonda, quedan muy mermadas.

Psicología espacial. La tripulación seleccionada para las misiones espaciales es sometida a duras pruebas de convivencia y relación.
La sensación de vivir encerrado en un espacio pequeño, rodeado siempre de las mismas caras, puede desquiciar al más cuerdo. La convivencia de varias personas, de procedencia a menudo muy diversa, y en un espacio tan reducido, puede producir estrés y ansiedad. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, el objetivo común es tan intenso, el entrenamiento sufrido reafirma tanto la autoconfianza y las tareas están tan pautadas y ensayadas, que en ausencia de desgracias o emergencias, la vida a bordo suele ser relativamente plácida. Los astronautas, durante sus misiones, refieren poco estrés y aún menos depresión.
Para combatir la soledad y el tedio espacial, los astronautas leen, se entretienen con videojuegos, ven la televisión terrestre o películas grabadas y hablan a menudo con la familia por videoteléfono. La conexión emocional con la Tierra y las decisiones que transmite el control terrestre son elementos básicos para el bienestar psicológico del astronauta, en una larga misión espacial.

Pese a todo, los estudios de microgravedad, en la Tierra y en el espacio, no son algo totalmente nuevo. En órbita alrededor de nuestro planeta, algunas misiones del transbordador espacial fueron especialmente relevantes al anudar la microgravedad con la salud humana. Precisamente, en dos de las misiones más destacadas de investigación microgravitatoria sanitaria, ambas realizadas en 1988, la participación española fue reconocida por todos.


Microgravedad con acento español

¿Nombre de la misión?: Neurolab. ¿Objetivo principal?: Estudiar el desarrollo, las reacciones y el comportamiento del sistema nervioso de los seres vivos durante la permanencia en el espacio en condiciones de microgravedad. ¿Tripulación?: Siete astronautas y 2.000 animales. ¿Motivo especial?: Misión de homenaje a Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906, en reconocimiento a su "espeluznante" teoría de la neurona, por la que es reconocido y considerado internacionalmente como el padre de las neurociencias. Como evidencia de la "presencia física" del genio español, a bordo del transbordador viajaban doce preparaciones neurológicas y varios dibujos del científico aragonés.

Durante los 16 días que duró la misión (entre el 17 de abril y el 3 de mayo de 1998), se realizaron 172 experimentos, a 250 kilómetros de la Tierra, en condiciones de microgravedad. El laboratorio era el transbordador Columbia, con una tripulación acompañada por varios miles de animales, como 152 ratas, 18 ratones preñadas, 223 peces, 135 caracoles, 1.514 grillos y decenas de otros insectos de distintos géneros.

Fue la primera vez que dos científicos españoles, Javier De Felipe Oroquieta y Luis Miguel García-Segura, colaboraban con la NASA en la realización de experimentos neurocientíficos. Los dos investigadores españoles, del Instituto de Neurobiología Ramón y Cajal, perteneciente al Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), supervisaron parte de los experimentos dedicados al desarrollo del sistema nervioso central en el espacio. Trabajaron con ratas recién nacidas y de pocos días con el propósito de comprobar cómo las crías desarrollaban su sistema nervioso en situaciones de microgravedad, así como los posibles efectos de la casi ausencia de gravedad sobre el hipotálamo. En las ratas, las conexiones sinápticas se forman durante el primer mes de vida, por lo que se consideró que los dieciséis días que pasaron en el espacio equivalían a varios años de la vida de un ser humano.

Tras la misión, las ratas fueron diseccionadas y enviadas directamente para su estudio al Instituto de Neurobiología Ramón y Cajal, donde los científicos españoles las analizaron. Los resultados del estudio son concluyentes: "Las ratas de una o dos semanas que viajaron al espacio a bordo del Columbia sufren alteraciones irreversibles en su sistema nervioso central" tras analizar que la corteza cerebral y el hipotálamo de tres grupos de ratas. Un mes después del aterrizaje las ratas habían empeorado y su sistema nervioso continuaba inmaduro.


Viaje al futuro en el pasado

La expedición STS-95 de la lanzadera Discovery, entre octubre y noviembre de 1988, fue doblemente especial. Por un lado, porque en ella regresaba al espacio, a sus 77 años, John Glenn, con la especial encomienda de estudiar ciertas cuestiones relacionadas con el envejecimiento humano y posibles tratamientos para determinadas enfermedades humanas graves. Y, por el otro, porque formando parte de tan distinguida tripulación iba el madrileño Pedro Duque, de la Agencia Espacial Europea, el primer español en salir al espacio.

Durante los ocho días que duró la misión, los astronautas realizaron 80 experimentos científicos. El volumen de datos aportados dio trabajo durante todo un año a los investigadores del Marshall Space Flight Center, el principal centro de investigación en cuestiones de microgravedad de la NASA. Y, a finales de enero de 2000, se presentaron los resultados de los experimentos biológicos y de microgravedad en un concurrido simposio.

Un experimento interesante (e incluso trascendente) dado a conocer entonces fue la recomendación terapéutica de tratar los tumores sólidos con fármacos microencapsulados. En el espacio, en condiciones de microgravedad, se estudió un nuevo sistema de microencapsulación, cuyos resultados se aplican ya en los procesos de fabricación terrestres. Otros experiencias desarrolladas entonces a bordo del transbordador también se aplican hoy en la obtención de derivados sanguíneos y en la fabricación de proteínas cristalizadas de alta calidad.


Ahora, sea la hora que sea, hasta el mes de julio de este año, los catorce voluntarios del centro MEDES, cerca de Toulouse, siguen encamados. Comiendo y bebiendo en la cama. Viendo la televisión, leyendo o jugando... en la cama. Pensando, añorando dar un paseo y desesperándose por ir al cine. Siempre en la cama... En la cama, sin poder mirar por la ventana y ver las estrellas. En la cama, sin sentir el mareo de la microgravedad en la boca del estómago. En la cama, sin oír el estruendo del despegue ni la emoción colgada de un hilo del reingreso en la atmósfera. En la cama... Todo sea para una mejor comprensión de la fisiología humana y del tratamiento de enfermos largamente hospitalizados. ¡Ojalá esta experiencia contribuya a mantener la salud de los astronautas en sus largas travesías por el Negro Vacío! Nunca el cielo estuvo tan cerca de la tierra. Nunca la Tierra se acercó tanto al cielo...

MOSTRAR TODAS LAS VENTANAS ABIERTAS


En el silencio de la noche sólo se oían aves lejanas y ese era el motivo del temor de David.
Sus padres nunca le inculcaron miedo, más bien al contrario le habian propuesto alternativas al miedo absurdo que se siente en ciertas ocasiones. Éstas consistían en hablar durante el tiempo suficiente como para no tener tiempo de pensar...

Pero éste no era el caso. Estaba más solo que la una, con frío, hambre y como no, con mucho miedo.
Cada crujido del caserón antiguo, cada ráfaga de aire colándose por las rendijas de las ventanas del piso superior, eran interpretadas por David como señales amenazantes contra su persona, contra su integridad, contra su vida misma.

El otoño ya se iba para dar paso al crudo invierno. Tardes muy cortas, noches inacabables.

Hay historias dificiles de contar y ésta no es una excepción. A ver por dónde empezamos...

Un pueblo de Málaga, no importa donde ni el nombre. Una familia bien acomodada, poseedora de grandes extensiones de terreno cultivado con frutales y alguna que otra fanega de olivar, todo ello a la sazón impregnado de caziquismo. Un señorito de los de "los santos inocentes", que yo creía extintos. Bueno, pues todavía los hay. Vive Dios que los hay...

En la tarde del 13 de mayo de 1989 se dirigía David hacia los latifundios en los que trabajaba como mozo en las tareas del campo, compartiendo dicho empleo con las tareas del hogar. El día se había dado tan sólo regular : broncas del patrón( señorito), cúmulo de despropósitos y demas vicisitudes lo habían dejado exhausto hasta el extremo de no tener ganas casi de seguir trabajando esa tarde. Y cómo fue que una brisa primaveral acarició su cara y su sentir, como manos de mujer amada, para viajar en su mente hacia tiempos mejores, en prados verdes con la tibia mezcla de sol y aire perfumado de nogales y manzanilla.
Se detuvo en medio del carril que dirigia hacia la finca. Vaya frenazó que dio, menos mal que no habia nadie detrás...

miércoles, 21 de marzo de 2007

CUENTO 23


CUENTO 23


Yo miro a través de los visillos pero no lo identifico. Nunca lo había visto antes.

Pero es el.

Buscando un mejor ángulo acabo moviendo ligeramente el visillo y el me saluda con la cabeza. No hay duda.

El Hombre Que Me Odia esta en la acera de enfrente y no aparta la vista de mi ventana. Lleva toda la mañana sin pestañear. Cree que me hace sufrir.

Soy un hombre afortunado porque puedo pensar, de hecho llevo mucho tiempo pensando, preparándome para este momento.

El Hombre Que Me Odia se dispone a cruzar la calle, tira el cigarrillo sin dejar de mirar a la ventana y se dirige a la puerta. Ya no lo veo, pero no suena el timbre.

Lo oigo hurgar, sabe usar una ganzúa, sorpresa. Sube las escaleras sin dejar de odiarme y entra en la habitación como si estuviera en su casa.

Lleva una navaja, más sorpresa, esperaba revolver, pero no me asusta la muerte lenta.

Me mira, lo miro, nos miramos y digo lo que siempre supe que iba a decir:

- Era mucho dinero, no sabía el dolor que causaba al llevármelo. Se que no importa ya, pero lo siento.

Tú me matas, yo acabo y descanso mientras cargas con la muerte de un hombre tranquilo que lo siente, chúpate esa.

El Hombre Que Me Odia finge desconcierto y me señala con el cuchillo:

- No se de que me hablas, González, pero tu atropellaste a Herminia y su bebe y te diste a la fuga. Por eso vas a morir.

Me acuchilla repetidamente en el estomago, no me da tiempo a decir que yo no soy González, que no tengo coche ni he conducido jamás ninguno.

Lenta agonía mirando al techo. Agonizo repasando una y otra vez los hechos, y creo que moriré sin saber si me ha tocado un asesino inútil o un vengador eficaz.

by Bernar

martes, 20 de marzo de 2007

CARTA BOLAS

Querido Amigo:

El otro día le abrieron a uno la cabeza en la plaza mayor.

Un ladrillazo.

La gente comenta que tal vez los chicos estaban jugando en una obra. Seguramente apostaban a ver quien lanzaba el ladrillo más lejos. Cosas de chicos, quien sabe.

Lo que si vieron algunos fue el ladrillo volar a una altura considerable. Se comenta que el ladrillo silbaba como un obús, tal era la velocidad que llevaba.

Fue a dar en la cabeza de Serafín Méndez.

Un golpe limpio. La cabeza se abrió como una caja de puros, con un ligero chasquido, sin sangre.

Unas chicas gritaron, un señor corrió a socorrerlo, pero Serafín hizo un suave gesto con la mano rechazando ayuda y se sentó lentamente en el suelo.

Sus pensamientos comenzaron a desparramarse en todas direcciones.

Parecía mentira que en una cabeza tan pequeñita hubiera sitio para tanto pensamiento.

Eran como canicas de cristal de diferentes tamaños, algunas tan grandes como el pomo de una puerta. Botaban alegremente sobre el suelo empedrado de la plaza.

La gente, en un principio, daba pequeños saltitos para esquivarlas.

La plaza estaba llena, no se si sabré explicarte, hermano, el revuelo que allí se organizó.

Sergio, el de la panadería, haciendo alarde de unos reflejos fuera de lo común, reaccionó admirablemente, sacando un saco vacío del almacén y acercándoselo al pobre Serafín.

Serafín que parecía a punto de desvanecerse pero estaba más entero de lo que se podía esperar, asintió con la cabeza y extendió los brazos para sujetar el saco bien abierto.

Fue el mismo panadero el que empezó recogiendo los pensamientos más cercanos y echándolos al saco.

Todo el pueblo se puso manos a la obra. La plaza parecía un corral de gallinas hambrientas. Todos se agachaban y caminaban hacia el saco recogiendo los pensamientos del Sera por el camino.

Se podía mirar dentro de las bolitas. En cada una había un pensamiento del pobre Sera. El cachete que le dio el maestro sin tener razón, el otro cachete que le dio con razón, su primer beso, la comilona que se dio gracias a una apuesta…

El Sera sujetaba el saco y agradecía cada bolita con una leve inclinación de su cabeza limpiamente abierta. Con cada inclinación, un puñado de pensamientos brotaban de su cabeza. Don Agustín, el matasanos, no sabía que hacer, nunca había visto nada igual en sus cincuenta años de profesión, pero tuvo el acierto de sentarse tras el Sera y sujetarle el cráneo con ambas manos, cerrándolo lo mejor posible presionando con los pulgares para evitar una mayor pérdida de pensamientos.

Se comenta que la Justi, la muchacha más bonita del pueblo, cogió un pensamiento para echarlo al saco y lo miró antes de soltarlo. Era el recuerdo de una horrible punzada de dolor debida a un plantón que le dio una muchacha para reirse de él, y el trabajito que le costó al pobre Sera desengañarse de ese amor no correspondido.

Tanta ternura tocó el corazón de la moza que antes de soltar la canica en el saco, estaba perdidamente enamorada del Sera. Eso es lo que cuentan.

Afortunadamente la Justi acabó entrando en razón, en parte gracias a los consejos de las amigas que contaban haber visto otros recuerdos del Sera menos inocentes , y en parte por el empuje del Dioni, que acabó llevandola al huerto.

El que más y el que menos, todos miraron dentro de algún pensamiento del Sera, con cierto disimulo… porque aquello saltaba a la vista que era una cosa muy íntima. Algunos cayeron en la cuenta de que cuanto más lejos estaba el pensamiento del saco, más tiempo tenían para curiosear los recuerdos del vecino.

El bueno de Nicomedes, que nunca, nunca, había salido de la norma y gozaba de la más blanca reputación del pueblo, miró dentro de un pensamiento lleno de tocamientos pecaminosos adolescentes y perdió el control.

Salió corriendo de la plaza con la bola y unos mozos le dieron alcance en el arco de la Estrella y lo llevaron en volandas hasta el saco. Nicomedes soltó la bola llorando como un niño.

Sergio, el panadero tuvo que ir corriendo a buscar otro saco, y un tercero que se llenó hasta la mitad.

Cuando no quedaron más bolitas en la plaza, acarrearon al pobre Sera entre unos pocos y otros pocos se hicieron cargo de los sacos. Todo el pueblo en procesión hasta la Casa de Socorro.

Tanto el practicante como el asistente coincidieron con Don Agustín, el matasanos, en que nunca habían visto nada igual.

El pueblo en pleno esperaba en la puerta de la Casa de Socorro. El auxiliar salía de cuando en cuando contando que la cosa iba bien, que le había entrado un saco, que le había entrado otro y cada noticia era acogida con un murmullo de satisfacción.

Tres rosarios completos duró la intervención. En la cabeza del Sera entraron todas las bolitas, y aún sobró espacio que rellenaron con una minicalculadora de bolsillo, lo cual fue un acierto, porque el bueno del Sera demostró a los pocos días que podía hacer divisiones de hasta ocho cifras de cabeza.

Le cosieron con una técnica muy moderna de cirugía plástica que le dejó una cicatriz muy finita que se disimulaba perfectamente peinándose con la raya en el otro lado.

En ocho días, el bueno de Serafín volvió a pasear a la Plaza Mayor, como siempre.

Pero ya no era como antes. De repente todo el mundo tenía algo que hablar con él. Todos le buscaban conversación.

Pero el Sera no hablaba casi nada. Se limitaba a responder a las preguntas que le hacían, cuando todos esperaban una charla extensa e íntima.

La gente comentaba ¿Qué le pasa al Serafín?¿No se había quedado bien?¿No se ha volcado el pueblo cuando el ha tenido problemas?.

Se mandó al Valentín, amigo del Sera de los de siempre, de confianza, de los de verdad, para que hablara con él. Estuvieron sentados en un banco tres cuartos de hora.

Al parecer, el Sera comentó que se notaba como que le faltaban recuerdos, no sabe cuales ni cuantos, y que sospechaba que alguno del pueblo se los ha quedado, no sabe porque ni para que.

Todos se echaron las manos a la cabeza. El Sera no sabe lo que dice ¿Quién va a querer lo que no es suyo? ¿Quién se atrevería a robar una cosa tan íntima en un pueblo tan honrado? Evidentemente el Sera no se ha quedado bien de la cabeza.

Pero pasó lo que nadie se esperaba. A la caída de la noche, el viejo Tomás, a sus noventa y dos años, dio la campanada acercandose a la casa del Sera y entregandole una bola. Era el recuerdo de una borrachera en la mili, en Melilla.

Serafín le da las gracias y acepta las disculpas del viejo, pero persiste en su actitud seca, al parecer siguen faltando recuerdos.

El sera sigue paseando por la plaza, y todos desean charlar con él sobre este o aquel recuerdo, pero nadie se atreve. La mirada cada vez más hosca de Serafín Mendez da pena y miedo.

Ahora, querido amigo, viene lo mío. Esto es confidencial.

Yo pisé la bolita, no se si casual o intencionadamente, una bolita pequeña que recogí con disimulo y guarde en el bolsillo.

La verdad es esa.

No es nada. Es un recuerdo muy pequeñito de una mejilla de niño apoyada en un pecho de mujer, un pecho enorme con un pezón rosado y tibio.

Sólo eso.

Lo miro de cuando en cuando, siempre que estoy solo. Poco a poco lo he ido haciendo mio.

No lo puedo devolver, ni se me pasa por la cabeza.

Si no lo devuelvo le robo al Sera. Si lo devuelvo me robo a mi.

¿Soy una mala persona?¿Tengo opción, hermano? Son preguntas retóricas, no tienes que responder.

Además, ya lo tengo decidido, me voy a hacer un llavero.

Eso es todo, un abrazo.

Bernar

viernes, 16 de marzo de 2007

NO VERBAL

Mi padre habla siempre camino al colegio. Dice que cuando dos personas hablan mucho acaban entendiéndose con pocas palabras o ninguna. Tantas cosas dice que es un poco pesado. A veces repasamos los controles que voy a tener, a veces me cuenta su vida o me pregunta cosas. Vamos, que todos los días hablamos.Un día salimos algo antes porque había que hacer algo en el banco. A primera hora casi no hay gente.Cuando estábamos cerca del mostrador me apretó la mano fuerte y la acercó a su cuerpo. Yo entendí lo que ese gesto decía:NO TE SEPARES DE MI Y ESTATE ATENTO QUE VA A PASAR ALGO.Yo me quedé muy quieto junto a él y vi que en un rincón unos hombres se habían puesto unos pasamontañas y sacaban escopetas cortas. Rapidamente uno entró donde está el dinero y otro nos juntó a todos y nos obligó a sentarnos en las sillas del fondo de la sala. Yo miraba a mi padre pero el no me miraba, miraba a los hombres sólo.Había tres, y cuando el que había entrado salió con las bolsas, otro corrió a ayudarle.Uno apuntó a mi padre y a otro hombre y les mandó que cogieran las bolsas. A mi me dio miedo pero mi padre me lanzó una mirada rápida que yo entendí:TU AHÍ SENTADITO Y NO TE MUEVAS POR NADA DEL MUNDO.Pero yo tenía miedo y busqué su mano para levantarme con él, que significa:TENGO MIEDO PAPA, QUIERO IR CONTIGO.Entonces me volvió mirar rápido levantando las cejas, que quiere decir:¿ESTA CLARITO?Entonces yo miré hacia abajo despacio que es lo mismo que decir:VAAAALE.Y me senté otra vez. Los atracadores no podían llevar sus armas y las bolsas al mismo tiempo, así que cargaron a mi padre y a otro hombre.Ya iban a salir cuando el que se había quedado en la puerta se agachó y sonaron algunos tiros. Todos nos tiramos al suelo rápidamente. Los atracadores disparaban como locos.El de la puerta dijo ¡Ahora! Y los tres cogieron las bolsas de mi padre y del otro hombre. El otro hombre soltó las bolsas rápido, pero mi padre se quedó más quieto. Cuando lo levantaron para cogerle las sacas tenía algo de sangre. Me asusté.Estaba algo lejos, tumbado en el suelo, pero giró la cabeza y me miró levantando la barbilla. Que significa:COMO TE MUEVAS TE QUEDAS SIN TELEVISIÓN UN MES.En ese momento la televisión me importaba poco, pero me tranquilizó porque eso significaba que no estaba tan mal.Los atracadores salieron y corrieron cada uno para un lado de la calle, disparando y haciendo mucho ruido.Todos nos quedamos quietos, hasta que mi padre movió los dos dedos y abrió mucho los ojos diciendome:YA TE PUEDES ACERCAR, RAPIDITO.Cuando llegué apretó los labios y miró de reojo a su barriga, que significa:COGE ESO RÁPIDO Y TE LO METES EN LA CARTERA.Era un fajo de billetes que tapaba con su cuerpo. Yo lo miré y ladee la cabeza a los dos lados:PAPA, ESTO NO ESTA BIEN, MAMA SE VA A CABREAR.Entonces papa infló los carrillos abriendo mucho los ojos que viene a decir:HAZLO Y LUEGO HABLAMOS. MAMA NO SE VA A ENTERAR. RAPIDITO.Lo guardé rápido en la cartera y entonces entró la gente de la calle. Los del ambulancia ataron a papá en una camilla y se lo llevaron. El abría y cerraba los ojos despacito mientras movía la cabeza asintiendo, que es lo mismo que decir:NO TE PREOCUPES, TODO HA ACABADO. NO PASA NADA.Un policía me decía que no me preocupara, que todo había acabado y otro decía por la radio que habían cogido a los tres.En el hospital mama lloraba, pero cuando íbamos a entrar se secó las lágrimas. No nos dejaron entrar a donde estaba él, pero podíamos verlo por los cristales.Estaba medio dormido, pero nos vio y sonrió. Levanto un dedo, queriendo decir:HOLA, ESTOY BIEN.Yo puse la mano en el cristal y resoplé que significa:NO VEAS EL MIEDO QUE HEMOS PASADO.Mamá empezó a discutir con el enfermero porque quería entrar en la habitación y mientras papá me miraba levantando mucho las cejas, arrugando la frente y mordiéndose la lengua que significa:¿HA SALIDO TODO BIEN? ¿TIENES LA PASTA?Yo moví la cabeza de arriba abajo que significa:SI.El movió la cabeza señalando a mamá y soplando con la boca en forma de u que significa:NO LE DIGAS NADA A MAMA, QUE YA SABES COMO LAS GASTA, ES CAPAZ DE DEVOLVER EL DINERO.Mamá se asomó al cristal y asintió tres veces con la cabeza, que significa:ESTOY AL TANTO DE TODO, YA HABLAREMOS.Papá me miro como diciendo:LA HEMOS CAGAO.Y yo encogí los hombros que significa:¿QUE ESPERABAS?

by Bernardino

un día de estos

UN DIA DE ESTOSMe levanto antes de que suene el despertador y ya estas en mi cabeza.Tengo la certeza de que has estado conmigo toda la noche pero no puedo probarlo.Te siento.Tengo que hacer un esfuerzo por encarar el desayuno, el trajín de las cosas que se agolpan en la puerta de casa, listas para salir a la calle.Lo pongo todo en orden y me dispongo a salir. Repaso mentalmente todo lo que me tengo que llevar antes de cerrar la puerta. En esos momentos tengo que apartarte de mi mente. No vaya a ser que digan luego que soy un despistado.En el trabajo agradezco a las máquinas su trabajo constante. Ellas me permiten pensar en ti largamente.Sólo tengo que sincronizar mi ritmo con la tarea. La rutina me permite volver una y otra vez a ti.En la hora de la comida me intereso por las vidas de mis compañeros. Alguna cosa cuento pero contadas veces tengo tanta confianza como para hablar de ti.Cuando puedo hablar de ti con alguien hablo apresuradamente y con entusiasmo. Pocos lo comprenden.Es bueno hallar con quien hablar, a veces, pero es mejor callar (cuando es preciso).A la vuelta del trabajo, camino de casa, sigo pensando en ti. Mi cuerpo esta cansado, pero tu presencia me vuelve eufórico por momentos.A veces hablo. Alguna palabra se me escapa y me avergüenzo un poco. No de ti, sino de que alguien me vea hablando solo por la calle.Disimulo. Sigo cantando una canción o silbo algo.Lo primero que hago al llegar a casa es poner la tele. Pero si estas rondando por mi cabeza no puedo enterarme de lo que dicen. La dejo encendida y salgo al balcón a fumar un cigarro.Miro el humo del cigarro e intento reconstruirte una y otra vez, como si fueras una voluta de humo.Estas tan cerca…A veces salgo a dar un paseo y llego hasta la vía del tren. Allí sigo con lo mío, pensando y pensando en ti se me pasan las horas.Cuando ya no puedo más me pongo a escribirte. Siempre sé cuando es el momento.Y te escribo de un tirón.Ya estas aquí, cuentecito mio.

by Bernardino Contreras